Cada órgano vital posee una dimensión sensorial, emocional, mental, social ideológica y espiritual.
Cambiando la condición de la sangre a través de una alimentación sana es lo más sencillo para influir en el ser humano.
En la sociedad moderna no se establece una relación entre la forma de alimentarse y problemas de comportamiento como pérdida de memoria, fatiga, ansiedad, tristeza, miedos, dependencia, enfado, irritabilidad... Pero sin embargo todos estos síntomas indican que órganos vitales están desequilibrados sin estar enfermos, aunque este desequilibrio si podría dar lugar a una enfermedad.
El primer síntoma de un desequilibrio es la fatiga y cansancio. El siguiente paso serían los achaques y los dolores físicos, acompañados de tristeza, pérdida de confianza, olvidos y fijación en los problemas insignificantes.
Lo siguiente que se altera es la calidad de la sangre, debilitándose los glóbulos rojos y blancos, apareciendo acidez, alteraciones en la tensión arterial, anemias y problemas de piel y si se sigue sin corregir el estilo de vida surge la impaciencia, intolerancia, frustración y otros desequilibrios emocionales.
YIN Y YANG
En China se considera que la mayoría de los alimentos funcionan como medicinas.
La teoría del yin y el yang surge a partir de la simple observación de la naturaleza, ya que describe el echo de que todos los fenómenos naturales tienen su opuesto complementario (la noche da lugar al día, el invierno al verano...)
El yin se relaciona con la oscuridad, el frío, la noche, la inactividad y lo femenino mientras que el yang se relaciona con el calor, la luz, el día, la actividad, el estrés y lo masculino.
Se cree que un desequilibrio en el yin o en el yang en el cuerpo provoca enfermedades y problemas emocionales. Todos los alimentos poseen aspectos del yin y el yang, pero normalmente predominan más en uno que en otro.
También escuchamos otro término relacionado con el yin y el yang, que es el chi. El chi se usa para designar la fuerza vital o energía que fluye constantemente por el cuerpo y depende sobre todo de los alimentos y las bebidas que se consumen.
Las dietas chinas incluyen una gran proporción de alimentos neutros, aunque estas dietas dependen del individuo que la consuma, ya que las personas frías deberían consumir alimentos calientes y viceversa.
Las personas excesivamente yang son corpulentas, de cara enrojecida, que suelen tener calor, transpiran mucho, comen y beben en exceso y son hiperactivas.
Las personas excesivamente yin son obesas, con poca capacidad respiratoria, de extremidades frías, lentas, retienen líquidos y duermen mucho.
Las personas con poco yang son delgadas, pálidas, frías, de voz suave y baja, cansadas y que padecen enfermedades crónicas leves.
Las personas con poco yin son delgadas pero de piel oscura y seca, de cuerpo caliente y con la temperatura corporal normalmente baja.
Con el criterio yin-yang se obtiene una clasificación de los alimentos, un esquema para entender cómo combinar bien los alimentos:
- Cuanto más alejado del centro esté un alimento menos se debería consumir.
- Los alimentos en verde son los más recomendados para el uso diario.
- En naranja están los alimentos que deben ser tomados con moderación.
- Los grupos de alimentos que más problemas generan están en rojo.
- Los alimentos que están más situados en la parte yang deben tomarse más en invierno o en climas fríos mientras que los que están en el yin deben consumirse más en verano o en climas calientes.
DESEQUILIBRIOS EMOCIONALES
- El mal genio, enfado y agresividad se consideran enfermedades del hígado. Un hígado energéticamente sano se relaciona con la calma, la paciencia y la tolerancia.
- La histeria, excitación, hipersensibilidad y nerviosismo se relacionan con problemas en el corazón o intestino delgado. Cuando estos están bien aparece la tranquilidad y la calma.
- La ansiedad, la duda, el escepticismo y los celos son desequilibrios del bazo, estómago y páncreas.
- El exceso de autoridad y dominio sobre los demás son desequilibrios del pulmón e intestino grueso.
- El miedo, la falta de autoestima, la timidez y la desesperanza están relacionados con disfunciones en la vejiga.
- El prejuicio y el odio es causado por el endurecimiento de las arterias, lo que contribuye a una visión estrecha y limitada de la vida.
Asique ya saben, para prevenir los desequilibrios emocionales y las futuras enfermedades desarrolladas a causa de estos lo mejor es cuidar la dieta desde el principio porque sin darnos cuenta notaremos la mejoría enseguida, asique a disfrutar de una alimentación emocionalmente sana y a cuidar su chi.
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