Sales a la calle y ... ¡burrrrrrrum!¡burrrrrrrum!¡uuuuh, uuuuh!;¡niinoo, niinoo!; ¡talán, talán! ¡tolón,tolón!; ¡tan, tan!; ¡ja, ja, ja!; ¡je, je, je!;¡ji, ji,
ji!; ¡jo, jo, jo!; ¡piiii!, ¡piiii!; ¡buuum!; ¡pum!; ¡guau, guau!; ¡bua, bua!
¡taaaarratatatatata! y un largo etc etc etc.
Solamente con abrir la puerta de tu casa puedes escuchar toda la retaila de
onomatopeyas anteriores y muchas más, creándose así un gran atontamiento en tu
cabeza favoreciendo la aparición precoz del estrés, esta situación se debe a la
presencia en el ambiente de la contaminación acústica que, de una manera más
científica hace referencia al exceso de sonido que altera las condiciones
normales del ambiente de una determinada zona, los ruidos de este tipo de
contaminación se caracterizan por ser tan intensos y repetitivos que, pueden
causar efectos nocivos tanto psicológicos como fisiológicos, además de afectar
al sueño, la conducta, la memoria y la atención de personas que están expuestas
a estas "agradables melodías".
El origen de estos sonidos está relacionado con actividades humanas que se
realizan a diario como el transporte público, la construcción de edificios,
obras e incluso las aglomeraciones de gente en espacios cerrados.
Según la Organización Mundial
de la Salud (OMS) este tipo de contaminación es uno de los problemas
medioambientales más importantes en el continente europeo y, también
establece que España es el segundo país con mayor nivel de contaminación
acústica de mundo después de Japón.
Como podemos ver en la gráfica anterior, la OMS establece que el nivel de
decibelios a partir del cuál se pueden producir efectos negativos en la salud
es de 70 dB y considera que en situaciones con un sonido por encima de los 120dB
se produce dolor en el aparato auditivo.
En cuanto a las principales consecuencias en la salud de la contaminación
sonora están:
- Disminución
de la capacidad auditiva: que puede ser acusada a partir de los 75 dB y
también se pueden producir perforaciones del tímpano a causa de sonidos
repentinos y fuertes.
- Alteraciones
hormonales: como
el aumento de adrenalina y noradrenalina por parte de las glándulas
suprarrenales.
- Perturbación
del sueño: que
se pueden convertir en crónicas debido al cansancio, irritabilidad y dolor
de cabeza causada por la exposición excesiva a sonidos altos, lo que
también se puede relacionar con la aparición de estrés, que se puede
controlar con técnicas explicadas aquí.
- Insomnio,
fatiga, disminución del apetito sexual, depresión y ansiedad.
Otro tema motivo a discutir entre especialistas de la audición es el uso de
auriculares para escuchar música ya que, algunos defienden su uso sin ningún
tipo de restricción, mientras que otros afirman que su uso prolongado puede
acarrear problemas irreversibles en los oídos, fundamentalmente en el tímpano.
Por eso recomiendan un uso moderado de estos aparatos eléctricos.
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