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martes, 5 de noviembre de 2013

Presume de corazón!

Las enfermedades cardíacas constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo, tanto que en el año 2008 fallecieron por esta cusa 17,3 millones de personas, es decir, el 30% del total de muertes en ese año.
También se estima que en el año 2030 morirán cerca de 23 millones de personas, así las enfermedades cardiovasculares seguirán siendo la principal causa de muerte mundial.

Vamos empezar por una pequeña explicación de lo que este tipo de enfermedades son:
Se puede clasificar como enfermedad cardiovascular (ECV) a toda aquella que afecta al conjunto de vasos sanguíneos del organismo o al propio corazón, entre las que podemos destacar las siguientes:

  1. Accidente cerebrovascular (ACV): en los que se produce una falta de aporte sanguíneo a nivel cerebral, originada por la obstrucción de un vaso sanguíneo a causa de un coágulo de sangre o la formación de depósitos de grasa en las paredes de las venas o arterias, podemos decir que el más común es el ictus.
  2. Cardiopatía coronaria: cuando el daño afecta a los vasos que irrigan el músculo cardíaco, dentro de este grupo se encuentra el infarto de miocardio.
  3. Trombosis venosas profundas y embolias pulmonares: coágulos de sangre (trombos) que, en ocasiones se pueden desplazar (émbolos) hasta alojarse en vasos del corazón o de los pulmones.
  4. Cardiopatías congénitas: malformaciones en el corazón presentes desde el nacimiento.

A pesar de lo común que son este tipo de enfermedades no todos vamos a tener las mismas probabilidades de padecerla, si no que estas probabilidades dependerán de factores de riesgo como:
  • La edad; a mayor edad mayor riesgo de padecer una ECV.
  • Sedentarismo y poca actividad deportiva: al no moverse se favorece la formación de placas de material graso en las pareces de los vasos, al no quemar grasa por la ausencia de deporte.
  • Dieta: los alimentos con un elevado contenido en grasa suponen un riesgo importante.
  • Tabaquismo: se puede decir que es el peor hábito de todos. En el humo del tabaco hay una serie de componentes tóxicos que disminuyen en colesterol bueno y aumentan el malo y los triglicéridos, deterioran la vasorreactividad, aumentan la viscosidad de la sangre, favoreciendo la trombosis y limitan el aporte de oxígeno a las células.
  • Hipertensión (HTA): aumento de la presión en el interior de los vasos.
  • Hipercolesterolemia: que ayuda a la aparición de trombos y la obstrucción de los vasos.

A continuación os enumeramos una serie de consejos para que el riesgo de padecer este tipo de enfermedades disminuya.
  1. Deporte: para quemar la mayor cantidad de grasas corporales y que no se localicen en las venas y arterias. Con 30 minutos diarios de actividad física se ayuda a matener el sistema cardiovascular en forma.
  2. Alimentación: es de vital importancia para la salud del corazón y del sistema vascular, por eso se recomienda consumir abundantes frutas (tres piezas al día) y verduras, cereales integrales, carnes con poca grasa (como pollo o conejo), pescado y legumbres, además de disminuir el consumo sal y azúcares.
  3. Evite el consumo de tabaco, incluso de forma pasiva. Desde el momento en que se deja de fumar, el riesgo de padecer este tipo de enfermedades disminuye, tanto que transcurrido un año desde el último cigarrillo, el riesgo se puede ver reducido hasta un 50%.
  4. Otras precauciones que puede hacer en su propia casa en mirarse el nivel de glucosa en sangre, ya que la diabetes también es un factor de riesgo importante y la tensión arterial, para controlar la posible aparición de hipertensión. Sin embargo, estos controles en el domicilio no son motivo para que deje de visitar a su médico de cabecera.

Esperamos que estos consejos os sirvan para disminuir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

jueves, 31 de octubre de 2013

Colesterol, nuestro peor enemigo.

Mucha gente o piensa que el colesterol es muy malo para nuestro organismo y que debemos tener el menos posible, pero esto es un grave error; con la entrada de hoy intentaremos aclarar y explicar la presencia de este lípido en nuestro cuerpo.

El colesterol es una sustancia lipídica que todos los animales tenemos y producimos de forma natural en nuestro organismo, importante para diversas funciones vitales como la división celular o como precursor de hormonas.


Las membranas celulares están formadas por proteínas y lípidos; las proteínas funcionan como canales que permiten el intercambio de sustancias entre el exterior y el interior, permiten la comunicación intercelular, pueden actuar como enzimas (reguladoras de la actividad metabólica) y sirven para el reconocimiento de sustancias. Mientras que los lípidos son de varios tipos: fosfolípodos (más abundantes), glucolípidos y finalmente los esteroles, que confieren rigidez y estabilidad a la estructura celular. Dentro de los esteroles se encuentra el colesterol, que solo está presente en las células animales, pues el fitoesterol es el esterol más abundante en estas.


El colesterol está en pequeñas cantidades en las células, pero lleva a cabo importantes funciones relacionadas con la regulación de propiedades físico-químicas, como la fluidez de la membrana celular, de manera que a menos colesterol, mayor fluidez tendrá la membrana citoplasmática. Además de a nivel celular, el colesterol también tiene funciones relacionadas con hormonas, ya que va actuar como precursor de la síntesis de hormonas sexuales, vitamina D (importante para el metabolismo del calcio) y de hormonas corticoesteroidales, entre otros.

Por otra parte, el colesterol se encuentra en todos los vasos sanguíneos del organismo, de manera que: en el intestino se produce la absorción de la grasa y el colesterol procedente de la dieta y, a continuación son transportados hacia el hígado, donde la grasa se transforma en colesterol, que pueden ser colesterol bueno (HDL) o malo (LDL) y estos son vertidos al torrente sanguíneo. 


EL LDL se dirige a los tejidos periféricos del organismo, pero si se produce algún fallo en el transporte del mismo, se puede quedar en las paredes de los vasos, disminuyéndose así la luz de las arterias e impidiendo la correcta circulación dela sangre, aumentando el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular como infartos, insuficiencias cardíacas, ictus o embolias. 

Mientras que el HDL se encarga de eliminar los excesos de LDL de los vasos sanguíneos y transportarlos al hígado de vuelta, por eso se dice que niveles altos de HDL ayudan la prevención de las enfermedades cardiovasculares. 

Por lo tanto, lo más recomendable es tener bajos niveles de LDL pero altos de HDL, de esta forma se logrará la desaparición de placas de colesterol en las arterias y venas.

Los valores recomendables del colesterol son:

  • Para el HDL: 120-220 mg/dL
  • Para LDL: 50-150 mg/dL

A continuación os dejamos una serie de consejos para cuidar vuestro colesterol:
  • Dieta saludable: disminuyendo alimentos que ya tiene colesterol como las carnes rojas y las bollerías industriales. Incorporando frutos secos, verduras y eliminar los fritos.
  • Consumir solamente las grasas que nuestro cuerpo queme a lo largo del día, para que no se almacenen en exceso.
  • Deporte: es totalmente recomendable caminar una hora o incluso más, siempre y cuando no se produzca fatiga en exceso.
  • Medicamentos: cierto es que si se puede bajar el nivel de colesterol sin tomar ninguna pastilla se protegerán más las paredes del aparato digestivo, pero en el caso de tomar alguna se recomiendan las siguientes:
  1. Las resinas fijadoras de ácidos biliares, que se utilizan poco porque bajan los niveles de LDL y de HDL.
  2. Los fibratos: Lopid, Tricor o Abitarte; estos se recomiendan en personas con los triglicéridos altos.
  3. Las estatinas como el atorvastatin: estos bloquean una enzima llamada HMG-CoA reductasa, necesaria para la producción de colesterol.
  4. Los inhibidores de la absorción a nivel intestinal del colesterol.