nosotr@s nos contaron en nuestra más tierna infancia (aquellos que todavía la tuvieron) . Una de esas cosas que a ninguno se nos olvida de cuando éramos pequeños y estábamos acostados en nuestra blanda cama deseando introducirnos en ese mágico mundo conocido como el de los sueños.
Comencemos. El punto de origen de este mito es la presencia del triptófano en la composición de la leche.
Aunque está realmente demostrado por diversos estudios que el triptófano es un importante inductor del sueño, el porcentaje de triptófano presente en un vaso de leche caliente es tan ínfimo que se tendrían que tomar varios cartones de leche para poder alcanzar un efecto significativo.
De hecho el porcentaje de triptófano presente en el queso y los huevos es incluso mayor que en la leche (sin generar tampoco ningún efecto significativo) aunque no por esa razón está tan difundida la creencia de tomando queso o huevos esto ayuda a dormir. Por ello mismo intuímos que este mito también tiene otros puntos de origen como por ejemplo el hecho de que tomar algo caliente como leche caliente ayuda a pasar el frío y se duerma mejor (primera parte relativamente cierto, segunda parte relativamente falso).
Por lo tanto, una vez hemos analizado la composición de la leche y la posible relación entre ésto y el mito hoy comentado, observamos que no hay una explicación bioquímica. Pero existe una explicación científica que puede explicar el porqué del origen de este mito. Lo que sí puede ocurrir es que con la leche ocurra lo que conocemos como efecto placebo. El efecto placebo es lo que conocemos como la inducción a un estado provocado por un supuesto inductor inexistente pero que mediante adoctrinamiento previo lleva a la persona en cuestión que ese inductor genera ese estado sin que lo genere, por lo cual en ocasiones termina generándose si otra explicación. Este hecho, aplicado a nuestro mito de hoy, puede dar explicación a que cierto colectivo de personas duerman bien tras haber tomado un vaso de leche caliente.
Ahora os dejo un vídeo sobre este tema.
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¡La Décima!
Hecho esto, sólo queda ya por decir...
Saludos y... ¡Pasad un día saludable!
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