Ahora mismo, mientras lees este texto, las distintas partes de tu hemisferio izquierdo están trabajando a toda velocidad. Los ojos reconocen la forma de cada letra y envían la información a la corteza inferotemporal, encargada de detectar las palabras escritas y que envían la información a otras partes del cerebro. El lóbulo temporal izquierdo realiza la función de "diccionario", informando sobre la semántica y el significado de las palabras. Todo esto seguirá ocurriendo mientras sigas leyendo esta entrada.
Entre otros, este sería el motivo por el que la actividad de leer tiene repercusiones intelectuales, es más, hay más materia gris y más neuronas en una persona lectora.
Leer también aumenta la imaginación, ya que la corteza cerebral simula realizar los mismos movimientos que el personaje, compartiendo las experiencias y las vivencias, hecho que también ayuda a aumentar la empatía hacia otras personas.
El hecho de leer nos concentra en una actividad que requiere gran parte de nuestro cerebro, evadiéndonos así del mundo exterior para prestar total atención al libro.
Si el hábito de la lectura se vuelve frecuente también evita la pérdida congnitiva asociada con la edad, incrementando la rapidez de la respuesta lo que mejora la capacidad intelectual porque obligamos al cerebro a pensar, a organizar las ideas a interrelacionar conceptos y a ejercitar la memoria.
También se dice que leer mejora las relaciones sociales ya que, entre otras cosas, ayuda a generar temas de conversación.
Leer desarrolla la capacidad de expresión y oratoria, la semántica, la ortografía y la gramática.
Ser lector habitual también aumenta la memoria a corto y largo plazo, sobretodo potenciando la memoria semántica (la que almacena el significado de las palabras) y la memoria episódica (almacena los datos recogidos sobre los sucesos).
Fomentar la lectura también tiene otras ventajas para la salud, entre ellas la disminución del nivel de estrés. Asimismo, la lectura antes de acostarse proporciona buenas rutinas de higiene de sueño.
Aprender a leer activa el sistema visual tanto en las regiones visuales especializadas como en las regiones visuales primarias. La lectura también activa el "sistema del habla" para tomar consciencia de los sonidos, permitiendo establecer relaciones entre el sistema visual y el sistema del habla, por lo que leer a los niños cuando aún son pequeños les puede ayudar a mejorar la comprensión y la relación social.
Y por último, según un estudio de la universidad de Oxford, leer por placer podría predecir el éxito profesional, los lectores habituales en la adolescencia tienen más posibilidades de éxito profesional que cuando son adultos.
Con todo esto no se trata de leer un libro al año obligatoriamente, de lo que se trata es de coger el hábito de la lectura para así lograr todos estos beneficios y aunque se diga que la falta de lectura es por la falta de tiempo está claro que quien quiere puede.
Con los niños lo más importante es el "efecto contagio" empezando por predicar con el ejemplo leyendo delante de ellos ya que así se expande su curiosidad y se debe facilitar tiempo y espacio para aprender este hábito.
Para finalizar, hay que tener en cuenta que hay múltiples tipos de libros, lo que hay que hacer es buscar el adecuado para cada uno, asique lee un buen libro y disfruta de este maravilloso pasatiempo.
Saludos y... ¡Pasad un día saludable!
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