Para muchas mujeres el maquillaje se ha convertido en un utensilio esencial para sentirse guapa y relacionarse, ya que resalta de manera estética ciertas zonas del rostro (ojos, labios, pómulos...) y cubre otras no tan deseadas como las arrugas, granos...
Sin embargo, el uso excesivo del maquillaje daña nuestra piel, es más, muchas de las visitas a consultas dermatológicas son por problemas derivados del uso del mismo.

Los principales problemas por el uso excesivo de maquillaje son reacciones acneiformes (acné secundario) y dermatitis por contacto (alérgica, imitativa, urticaria).
Si antes de la aplicación del maquillaje la piel se encuentra muy seca o irritada es frecuente que las sustancias del maquillaje penetren en la piel y la sensibilicen aún más.
El maquillaje que se utiliza debe ser el correcto si no queremos empeorar más las consecuencias de su uso, por ejemplo, debe ser de tipo "no comedogénico", es decir, que no tape los poros y que no vuelva la piel propicia a padecer puntos negros. Casi no es necesario comentar que el cosmético debe poner "testado dermatológicamente".

Todos estos problemas se verán incrementados si el maquillaje utilizado es de mala calidad, la manera de prevenir esto es fijándose en la etiqueta:
- Los cosméticos tienen que cumplir una serie de requisitos: entre ellos la evaluación de la seguridad de uso del producto y datos conocidos acerca de los efectos adversos (en la etiqueta).
- Fijarse en el nombre y dirección del fabricante y otros datos como este.
- La fecha de caducidad y lista de ingredientes.
- También hay que tener cuidado con las imitaciones, que se pueden reconocer muy bien por el olor, textura y envase (son de bajo coste).
La salud de la piel depende de muchas cosas, lo mejor es cuidarla como se merece y utilizar productos adecuados para ella. Se debe lavar la cara con agua y jabón cada día para seguir teniendo la piel sana y cuidada.
Saludos y... ¡Pasad un día saludable!
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